Bajo el nombre de Theano se esconde la primera mujer, de la que se tienen indicios históricos, que hizo aportaciones a las matemáticas. Para situarla en el tiempo, hay que remontarse al siglo VI a.C., a la antigua Grecia, más concretamente al año 546, en Crotona.
Theano se convirtió en una discípula de Pitágoras. Pasados unos años y debido a las especiales facultades de Theano, ésta pasó a ser profesora en la escuela de Crotona dirigida por Pitágoras, quien no hacía ningún tipo de discriminación sexista para pertenecer a la misma.